En este artículo os vengo a hablar de la película Green book, reciente ganadora de tres Óscar y no precisamente por categorías menores: Mejor actor de reparto, Mejor guión original y Mejor película. Esto unido a que la película tiene ingredientes interesantes, despiertan en mi una teoría que os detallaré a continuación.

Si os digo que Green book habla sobre racismo en Estados Unidos, de hecho este libro escrito por un cartero de Harlem llamado Victor H. Green era una guía de hoteles, restaurantes, bares y estaciones de servicio, donde podían ir los negros sin que les echaran o se avergonzaran de ellos por el mero hecho de ser negros. Podréis pensar que estamos ante otra película más, que se centra en este lacra y que está exenta de originalidad, pero tiene detalles que quiero mencionaros que me han llamado la atención y me han parecido reseñables.

Portada del Libro verde, la guía de viaje básica de los negros en Estados Unidos.

Estamos ante una dramedia en toda regla: drama con incursiones de comedia que descargan lo traumático de la situación. Cuesta imaginar que tras Green book se encuentre Peter Farrely director de películas como Algo pasa con Mary, Dos tontos muy tontos Yo, yo mismo e Irene, Vaya par de idiotas entre otras. Farrely genera una complicidad entre los dos personajes protagonistas Viggo Mortensen y Mahershala Ali con momentos que dulcifican la crudeza del hilo principal.

El director también está a cargo del guión de esta obra biográfica, que habla sobre la vida de un pianista negro Dr. Don Shirley (Mahershala Ali) que tiene que hacer una gira por los Estados Unidos y contrata como chofer a Tony Lip (Viggo Mortensen) un italoamericano, que acaba de quedarse en paro debido a su carácter violento. Recorrer América a mediados del siglo XX dónde el racismo imperaba en la mayoría de los Estados, hará que Tony tenga que salir en defensa del pianista en más de una ocasión y forjará una relación entre ambos, peculiar y cargada de pequeños matices.

Tony (Viggo Mortensen) y Shirley (Mahershala Alí) ríen en uno de los trayectos hacia un nuevo concierto.

Estamos ante una historia que ya hemos visto en películas como Intocable. Dos mundos opuestos se juntan y experimentan la riqueza de la perspectiva. Lo mejor de esta película son para mí los actores, Viggo Mortensen con una transformación física notable, unida también a la incursión del italiano en su acento intensifican a su personaje, que no bebe de la exageración en ningún momento. En el lado opuesto está Mahershala Ali, recto y parco en palabras, pero expresivo y locuaz delante del Steinway. Oscar merecido que se lleva por segunda vez en los tres últimos años en la categoría de actor de reparto. La vez anterior lo ganó con la película Moonlight. En el coche pasan gran parte del metraje y es ahí dónde podemos ver las escenas más distendidas y cómicas. Dónde los personajes van flexibilizando en su personalidad tan marcada.

En el apartado técnico la película es correcta en sus formas, no incide en planos como marcas de enunciación potentes y posee una factura coral, pero sin aristas a destacar.

Green Book quita la estatuilla más preciada por todos, el Oscar a mejor película a Roma de Alfonso Cuarón, que habla sobre costumbres e historias mexicanas de la forma más intimista y personal casi autobiográficas del director.

Si nos centramos en el momento actual, en el que las plataformas como Netflix ya miran de tú a tú a cualquier productora de cine tradicional y lo que significan los Óscar como posicionamiento a nivel mundial. Se me viene una teoría. Si el escaparate que son los Oscar lanzan una película como Green book al exterior, está potenciando, aunque por enésima vez, su historia y su cultura. Si llegan a coronar a Roma estarían dando al país fronterizo todas las armas de promoción, que llevan consigo una ceremonia de este calibre. ¿A caso no estamos ante un caso chovinista más de la industria americana por seguir alimentando su ombligo? ¿No es en parte esto una forma de exclusión? En cualquier caso, se tienen en cuenta multitud de factores más allá de la factura técnico artística de la cinta y sin dudas, estos elementos anteriormente citados, son protagonistas en la decisión de la película ganadora.

Nota 7/10

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