Han pasado más de 6 años desde que aterrizara el 19 de febrero de 2009 la serie de aventuras, inspirada en el Siglo de Oro español, Águila Roja. Éxito incontestable de audiencia, temida por todos sus adversarios en el prime time, vive ahora un momento convulso con tramas estancadas, actores encasillados y registrando los peores datos de audiencia de toda su historia.

Analicemos tras el salto, el porqué de esta difícil situación para la ficción de Globomedia.

Hablar de Globomedia en el terreno de la ficción, en las dos últimas décadas, es hablar de ficción de éxito. Sólo tenemos que ver las series que han marcado una época en la televisión y en la audiencia, para darnos cuenta de la importancia de esta productora. Médico de familia llegó a congregar a más de 9 millones de personas y el 50% de share en muchas de sus emisiones. Después de esta, le siguieron otras series como: Periodistas, Un paso adelante, Los Serrano, Los hombres de Paco, El internado o Águila Roja. Todas estas series tienen como creador a la misma persona, Daniel Écija. Podría decirse viendo todos estos éxitos, que Écija tiene la fórmula mágica para un producto redondo, pero…¿Cuáles son esos ingredientes para conseguirlo?

  • Utiliza distintas tramas, que abarcan a todos los rangos de edad. Para contentar y a la misma vez englobar el mayor espectro de audiencia posible.
  • Guiones de factoría en vez de autoría. Un equipo de guionistas se encarga de desarrollar las tramas, no es un único guionista el que las hace todas.
  • Los actores son fundamentales para las tramas, no hay cambio de actores de manera tajante. Las tramas cambian, los actores no.
  • Incursión del Product placement. Publicidad que interactúa con los personajes: la leche en los desayunos, el coche que utiliza el protagonista, el móvil…
  • Las series se enmarcan en la actualidad y en un reflejo lo más cercano posible al contexto social en el que se emiten.
  • Tendencia costumbrista en sus tramas
  • Duración estándar de 60 minutos de media por capítulo.

Si nos centramos en el caso de Águila Roja vemos como todas estas características se dan, menos el product placement por razones obvias. Pero tenemos que plantearnos ahora, si estas directrices que sigue la ficción española son adecuadas en la actualidad.

Águila Roja nació como todo un fenómeno de masas, arrasando en audiencia y consolidándose como uno de los mayores éxitos, temporada tras temporada. Su presupuesto por capítulo rondaba los 800.000€ y era una televisión pública, que emitía publicidad por aquellos entonces, la que se hacía cargo de todo el coste. Águila Roja incluyó elementos novedosos fuera de la pantalla convencional como el juego de la serie, que incluso, obtuvo el prestigioso premio de la Rose d´Or como mejor contenido multiplataforma del año 2010. Todo parecía ir sobre ruedas, la que fuera denominada internamente por los propios guionistas de la serie como Los Serrano de época, había conseguido calar en la sociedad española. Y se había emitido en más de 22 países.

Tabla que muestra la caída de audiencia de la serie.

Es en este momento de bonanza, cuando ocurren varios factores socio-políticos que influyen en el devenir de la serie, hasta lo que tenemos hoy en día. La televisión pública suprime la publicidad, existe un cambio de gobierno y la crisis estalla en el país. El presupuesto de la serie se ve mermado en un 16% y los nuevos capítulos se llevan más de un año sin ver la luz, ocurriendo conversaciones incluso de continuar la serie en otra cadena. Este mismo hecho también le ha ocurrido a otra producción de Globomedia B&b, que actualmente también se emite con futuro incierto y con los mismos problemas.

Cuando mantienes una serie tanto tiempo en espera y ya está producida, corres el riesgo de que la audiencia empiece a olvidarse o incluso, que los gustos y la exigencia del público cambien y tengas un producto obsoleto que no conecta.

Los presagios se han cumplido y ha sido en estas dos últimas temporadas cuando Águila Roja se ha transformado en Aguila Coja, su audiencia ha mermado en casi 10 puntos de share y las tramas avanzan lento y sin sentido. Hace poco salían unas declaraciones de una de sus guionistas, explicando la muerte de uno de sus personajes principales. La actriz no podía compaginar la serie con otro proyecto nuevo. Este hecho hace plantear algo muy curioso en la ficción española, y característica inequívoca de las series de Globomedia. Los personajes siempre están y las tramas son las que cambian. Esto aumenta la previsibilidad hasta un punto de perder el interés de las tramas.

El espectador ha madurado con la influencia de series norteamericanas, en el que un personaje puede morir sin previo aviso. La tensión es menor cuando se sabe que siempre aparecerá el Aguila en el momento de máxima tensión para resolverlo todo y poner los contadores a cero para el próximo capítulo. Globomedia parece haber aprendido la lección y en su última creación Vis a Vis ha bebido de series norteamericanas como Orange is the new black y ha evolucionado su manera de ficcionalizar historias, para colocarse en el lugar del que nunca debió salir.

Esperemos que en la novena temporada de Aguila Roja, confirmada ya, y previsiblemente la última, no acabe todo como un mal sueño de Gonzalo de Montalvo. 

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