A priori estas tres propuestas no tienen nada que ver. Hablamos de una película, una novela y un álbum musical. Y aquí es donde reside toda la enjundia. Alauda, Susana y Rosalía están en sincronía cultural. Cada una en su parcela estaban creando obras que encierran más de una similitud y que quiero comentarte.

Alauda Ruíz de Azúa propone con Los domingos una película en la que una adolescente quiere entrar en un convento. Esta decisión provoca un terremoto en su familia y en su círculo de amistad. El filme trata a la religión no como un elemento decorativo si no como un componente que potencia la educación, la disciplina, la culpa, el silencio y la devoción. Una historia que está contada con los ojos del presente y con la minuciosidad y el talento de una directora que ya con Cinco Lobitos hizo un ejercicio de maestría en la dirección y en el guión y que lo afianzó con la serie Querer. Ruiz de Azúa acomete historias que nos retan como espectador y nos hacen tomar parte ya sea de un lado o del otro del acontecimiento.

Susana Martín Gijón escribe La Capitana, una historia que está ambientada en la Granada de 1585 donde la mezcolanza de culturas está presente en las calles y donde la religión cristiana ha tomado el control de la península de nuevo obligando a convertirse a todo aquel que quiera permanecer en su tierra. En el convento de las Carmelitas descalzas ocurre un crimen y este hecho desencadena una ola de desconfianza entre las hermanas, los monjes y la población musulmana. Martín Gijón teje un thriller de época que gira entorno a un convento y sus monjas y en el andamiaje subyacente de sus páginas está el sentimiento de pertenencia, la libertad sexual y la injusticia que amparan las religiones para controlar al pueblo.

Y llega Rosalía con Lux y pone banda sonora a estas dos obras completando la trinidad cultural. Poco voy añadir a todo lo que se ha escrito y dicho sobre su lanzamiento que ha revolucionando el panorama musical español, siendo altavoz de la multiculturalidad y mostrando la llegada a la madurez artística de la cantante española más influyente del momento. Bueno, no podemos pasar por alto que va vestida de monja en la portada y que eso ha sido un comentario recurrente en todas sus entrevistas. ¿Acaso está Rosalía abrazando a la religión como forma de vida? Lux es un rito íntimo, juega con lo litúrgico, lo trascendente y los subvierte.

Estas tres grandísimas creadoras han cohabitado en un mismo territorio simbólico. Han revisitado la figura de la mujer ligada a lo religioso y la han resignificado. No han utilizado una tendencia, no se han escrito para sincronizar sus temáticas, han dejado volar su imaginación teniendo una sincronía cultural que trasciende su propia obra. Tres creadoras hablando al mismo tiempo de lo sagrado y de lo ritual a través de personajes que no encajan en lo convencional.

La religión que sobrevuela cada una de estas obras para mí no es más que la que nos ha acompañado a lo largo de nuestra existencia, la de la cultura. La que nos dice quiénes somos y nos pone un espejo por delante para que nos cuestionemos de frente y sin tapujos.

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